El blefaroespasmo es una distonía facial que se manifiesta mediante un temblor en el párpado, provocado por la contracción involuntaria del conocido como músculo orbicular. Por ello, el síntoma principal de la enfermedad es el involuntario cierre de los ojos debido a la imposibilidad de controlar el parpadeo. Además, en casos graves la dolencia puede llegar causar una seria disminución de la visión por la incapacidad del paciente de mantener los ojos abiertos.
Inicialmente, los síntomas del blefaroespasmo van fluctuando pero si no se trata la patología van aumentando tanto en intensidad como en frecuencia, dificultando tareas tan cotidianas como ver la televisión, leer o conducir. Por este motivo, es importante someterse a una revisión oftalmológica si creemos que podemos padecerlo a fin de localizarlo lo antes posible.
¿Cuántos tipos de blefaroespasmos existen?
Existen hasta tres modalidades distintas de blefaroespasmos: el espasmo palpebral menor sería una mera contracción ligera, un temblor en el párpado tenue al que si bien no se le atribuyen causas concretas, sí que está comprobada su incidencia en situaciones de falta de sueño, estrés o ingesta excesiva de sustancias como la cafeína. Por lo general, este tipo de blefaroespasmo no precisa tratamiento y suele remitir espontáneamente.
Por otro lado, estaría el blefaroespasmo benigno esencial, una alteración que habitualmente afecta a ambos ojos, provocando su cierre involuntario. Gradualmente puede ir desembocando en movimientos involuntarios de boca, cabeza o cuello cuya alta incidencia podría llegar a ser incapacitante.
Por último, tendríamos el espasmo hemifacial, que supondría un trastorno pero no una distonía, produciéndose en tan solo uno de los lados faciales. En este caso, además del músculo orbicular se verían afectados otros músculos de la cara como los frontales o los que rodean la boca.
¿Cuáles son las causas del blefaroespasmo?
Estudios recientes sobre las causas del blefaroespasmo demuestran una cierta predisposición genética a padecer la enfermedad, estando también comprobada una mayor incidencia en las mujeres y en personas mayores de 50 años. Con todo, concurren otra serie de factores importantes, como por ejemplo:
- Padecimiento de conmociones cerebrales
- Existencia de alteraciones neurológicas funcionales en el sistema nervioso central
- Compresiones del nervio facial por un vaso sanguíneo o una arteria (solo en el espasmo de tipo hemifacial)
Asimismo, los casos más leves pueden estar provocados por episodios de estrés, ansiedad o fatiga. O bien, por una falta de lubricación de la superficie ocular, que se traduce en un aumento del parpadeo para tratar de distribuir de manera uniforme la lágrima escasa o de mala calidad.
Tratamiento del blefaroespasmo
Para el tratamiento del blefaroespasmo resulta fundamental un diagnóstico precoz, particularmente en pacientes infantiles dado el riesgo de extensión gradual de los espasmos hacia otras zonas de la cara y el cuello. Por ello, no debe dudarse en acudir inmediatamente a una clínica oftalmológica en Murcia en cuanto se perciban los primeros síntomas.
Entre los tratamientos posibles para el blefaroespasmo podemos encontrar la inyección de toxina botulínica, que relaja de modo temporal el músculo orbicular para evitar que este se contraiga. El efecto dura únicamente unos pocos meses, por lo que se han de repetirse periódicamente las inyecciones como parte del tratamiento.
En el caso de pacientes con resistencia a la toxina, es posible recurrir a la cirugía o miectomía orbicular para extirpar parte del músculo encargado de cerrar los párpados.