La ptosis palpebral, también conocida como blefaroptosis, es una afección que se manifiesta mediante la caída o descenso del párpado superior de uno o de los dos ojos, ocluyendo de este modo una parte del globo ocular. De ahí que coloquialmente se la conozca como “párpados caídos”. Esta caída tiene generalmente lugar por un funcionamiento anómalo del músculo que se encarga de elevar el párpado y no posee una edad concreta a la que aparezca, pudiendo presentarla tanto niños como adultos.
Al margen de la incidencia que esta patología tiene en el plano estético, hay que tener en cuenta que el ojo o los ojos afectados dejan de percibir en su totalidad los estímulos visuales necesarios, algo que provoca que no terminen de desarrollar todo su potencial.
La blefaroptosis o ptosis palpebral puede tener, por tanto, una repercusión muy negativa en el desarrollo de la visión, llegando en el caso de los niños a generar otras enfermedades, tales como ambliopía (ojo vago), visión borrosa o estrabismo.
Del mismo modo, con el paso de los años la ptosis termina por debilitar el tendón que une al párpado el músculo elevador, haciendo que se estire en exceso y ocasionando así serias obstrucciones en la pupila.
¿Cuáles son las causas de la ptosis palpebral?
La blefaroptosis puede ser congénita o adquirida. La ptosis palpebral congénita se presenta desde el mismo nacimiento del afectado y viene relacionada, por regla general, con un anormal desarrollo embrionario del músculo elevador del párpado. Este tipo de ptosis no va necesariamente asociada a la existencia de antecedentes familiares.
La blefaroptosis adquirida es la que aparece en una fase posterior al nacimiento, incluso ya en edades avanzadas. Son muchos los factores que pueden dar lugar a esta aparición a posteriori de párpados caídos, entre otros el propio envejecimiento, desórdenes neurológicos, ciertos traumatismos locales, diabetes, reacciones alérgicas, enfermedades musculares, afecciones cerebro vasculares u otras causas.
En casos excepcionales, en especial cuando la ptosis se presenta de forma acelerada en pocos días o semanas, podría derivar de patologías más graves, tales como aneurismas o tumores intracraneales. Es por ello que en tales casos resulta fundamental realizar con urgencia una revisión ofalmológica profunda con la que poder descartar tales patologías.
Tratamiento de la blefaroptosis
La blefaroptosis no puede prevenirse aunque si permite detectarla en fases iniciales, pues la caída del párpado superior acostumbra a ser perceptible a simple vista.
La detección a tiempo favorece en cualquier caso la realización del adecuado tratamiento, con el que podrá lograrse la definitiva corrección del defecto.
El tratamiento de la blefaroptosis es quirúrgico y se conoce con el nombre de blefaroplastia. El objetivo de esta clase de cirugía es la reparación del tendón que sirve para alzar el párpado o en todo caso conseguir que el músculo elevador recobre su tono normal. Para ello se busca acortar dicho músculo, favoreciendo así la elevación del párpado.
Existen diferentes técnicas para este tipo de cirugía, en función de las características de cada caso en concreto. Para determinar el procedimiento más adecuado, el ofalmólogo deberá tener en cuenta una serie de importantes factores, como son la edad del paciente, si es uno o ambos párpados los que están afectados, la altura del párpado y su fuerza muscular al abrirse y cerrarse. Los resultados suelen ser muy satisfactorios, ayudando a mejorar tanto la apariencia estética como la visión del paciente.
La blefaroptosis o pstosis palpebral en niños
Cuando la blefaroptosis tiene lugar antes de los 8 años, se habla de ptosis infantil.
Tratándose de niños, además de la evidencia de los párpados caídos, es importante prestar mucha atención a otros posibles síntomas, como lagrimeo excesivo, tendencia a levantar el párpado con sus dedos o dificultad para mantener abiertos los ojos mientras leen, dibujan o escriben. En tales casos se debe acudir cuanto antes a la consulta de un especialista.
En el caso de niños afectados por blefaroptosis, la intervención quirúrgica no suele realizarse antes de los 5 años de edad, debido tanto a las dificultades de cooperación de niños de tan corta edad como al incipiente desarrollo de las estructuras anatómicas que deben ser restauradas. La única excepción sería si hubiese riesgo de ambliopía por oclusión pupilar, en cuyo caso la corrección del párpado ptósico ha de ser inmediata.
En todo caso, haya habido intervención quirúrgica o no, los niños con blefaroptosis deben ser sometidos periódicamente a evaluación ofalmológica.