La córnea es un tejido transparente situada en la parte anterior del globo ocular, delante del iris. Cuando se produce un adelgazamiento progresivo del espesor y, en consecuencia, un aumento de la curvatura natural de dicha superficie, se origina una enfermedad ocular degenerativa llamada ectasia corneal. Esta patología se puede generar por causas naturales, tras una cirugía refractiva contraindicada o por un traumatismo ocular.
Tipos de ectasias
- Queratocono: Es el tipo más común de deformación de la córnea y afecta a una de cada dos mil personas. En este tipo de ectasia, la forma de la córnea se va volviendo gradualmente cónica lo que provoca debilidad visual.
- Degeneración marginal pelúcida: Aunque es menos frecuente, es más fácil de detectar que el queratocono. Se produce en la zona inferior de la córnea, se presenta en forma de bulto, generalmente en un solo lado, y ocasiona visión borrosa.
- Queratoglobo: Es la afección más grave pero la menos frecuente. La córnea va adquiriendo la forma de un globo inflado y lo usual es que se deforme por los dos lados. Los pacientes con esta patología pueden terminar necesitando un trasplante de córnea.
- Ectasia post-Lasik: Puede aparecer tras varios años de una cirugía Lasik debido a un inadecuado estudio de viabilidad del caso prequirúrgico. En esta situación, la córnea se va deformando progresivamente y provoca un aumento de la refracción miópica, puede estar vinculada al astigmatismo irregular.
Síntomas de la ectasia corneal
Aunque existen diferentes tipos de ectasias corneales, todas suelen presentan los mismos síntomas. Generalmente son:
- Visión borrosa
- Manchas o sensación de destellos luminosos
Ante cualquiera de estos síntomas es recomendable acudir a un profesional clínico para un diagnóstico certero ya que la enfermedad no se suele detectar hasta que se encuentra en una etapa muy avanzada.
Causas
La principal causa de ectasia corneal tiene un origen genético. Puede aparecer si un familiar la ha padecido con anterioridad y, en este caso, suele manifestarse entre los 20-30 años y progresar hasta los 50. Otra de las posibles causas es la de sufrir un traumatismo en la córnea.
El riesgo de padecer ectasia puede aumentar por los siguientes motivos:
- Frotarse los ojos de forma recurrente
- Cirugía ocular
- Uso de lentes inadecuadas
- Traumatismo ocular
- Factor hormonal
Diagnóstico y tratamiento
Ante la inexistencia de una prueba específica, hay que señalar que es muy difícil diagnosticar este tipo de enfermedad ocular. El oftalmólogo, además de tener en cuenta los antecedentes familiares, para confirmar el diagnóstico debe realizar las siguientes pruebas:
- Refracción ocular
- Examen con lámpara de hendidura
- Queratometría
- Mapa de la có La topografía corneal es la prueba más eficaz para detectar cualquier tipo de ectasia
Tratamiento de la ectasia
Actualmente no existe ningún tratamiento que cure esta afección ocular pero si se puede actuar para ralentizar su evolución y mejorar la capacidad visual del paciente. Entre las principales medidas, el oftalmólogo recomendará no frotarse los ojos ya que esta costumbre contribuye a empeorar la ectasia.
En función del tipo de ectasia, el profesional médico podrá recomendar el uso de lentes de contactos o gafas para mejorar la agudeza visual del paciente. Cuando las lentes no se toleran o no proporcionan la suficiente agudeza visual, se puede realizar una cirugía de anillos intracorneales con la que se refuerza la córnea y se consigue frenar la progresión de la enfermedad.
Otro de los tratamientos de la ectasia es el Cross-Linking. Esta técnica consiste en aplicar conjuntamente una vitamina llamada riboflavina y una radiación ultravioleta para reforzar la córnea. Por último, los casos más extremos en los que existen cicatrices corneales, la única alternativa posible es la de realizar un trasplante de córnea.