¿Qué es la conjuntivitis?
Cuando hablamos de conjuntivitis nos referimos a la inflamación de la conjuntiva, una membrana mucosa transparente que cubre los párpados y el globo ocular. Esta parte de nuestros ojos sirve como barrera protectora contra los agentes externos, como las bacterias o el polvo, jugando un papel esencial en el mantenimiento de la hidratación ocular, pues lubrica la superficie del ojo. La conjuntiva recubre vasos sanguíneos que pueden dilatarse por la inflamación producida por agentes nocivos que entran en contacto con el ojo. Cuando esto sucede, aparecen los ojos rojos.
Tipos de conjuntivitis
Podemos diferenciar los tipos de conjuntivitis a través de su agente causal. Entre ellos encontramos:
Conjuntivitis Vírica
Es el tipo de conjuntivitis más frecuente y representa el 95% de los casos. Dependiendo del tipo de virus que afecta a la membrana del ojo, la afección ocular tendrá distintos síntomas y gravedad. A menudo, los virus son muy contagiosos y pueden causar una verdadera epidemia. Además , es importante destacar que la infección ocular causada por herpes o virus zoster suele producir complicaciones más graves que pueden afectar la visión, por lo que, en estos casos, se recomienda consultar con un oftalmólogo de inmediato.
Conjuntivitis Bacteriana
Es la infección de la conjuntiva causada por una bacteria y suele ser común en niños, con un mayor pico de aparición de diciembre a abril. La conjuntivitis bacteriana es contagiosa, al igual que la del tipo vírico, pudiendo ser producida por distintas bacterias (Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus, influenzae, Moraxella catarrhalis y, menos frecuentemente, Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae). La conjuntivitis bacteriana a menudo produce una especie de pus verde o amarillento en el ojo. Las secreciones purulentas reflejan la lucha del sistema inmune contra las bacterias.
Conjuntivitis Alérgica
La conjuntivitis alérgica la reacción de la conjuntiva frente a los alérgenos (polen de los árboles, polvo, moho o ácaros, cosméticos…) y posee la peculiaridad de ser una conjuntivitis no contagiosa. La conjuntivitis alérgica causa inflamación y puede aparecer relacionada con casos de asma, rinitis alérgica y el eccema.
Conjuntivitis Papilar
En este caso la inflamación de la conjuntiva se produce por alergia a las lentes de contacto. Se manifiestan entre los diez y los treinta meses posteriores al inicio del uso de las lentillas. Los síntomas principales son el ojo rojo y las secreciones lagrimales.
Conjuntivitis Causada por Irritantes
Al margen de bacterias y virus, existen otros agentes que pueden causar inflamación ocular. Entre ellos, podemos destacar los cuerpos extraños, las sustancias químicas, los gases, el humo o el polvo.
Síntomas de la conjuntivitis
Los ojos rojos aparecen en todos los tipos de conjuntivitis aunque estos no comparten todos los síntomas. En función de la afección que padezcamos, podrá presentarse:
- Sensación de presencia de un cuerpo extraño en el ojo.
- Secreción ocular amarillenta o verde y pegajosa en el lagrimal.
- Picor en los ojos de intensidad variable que puede llegar a producir una sensación de ardor.
- Lagrimeo. Ojos llorosos.
- Párpados hinchados.
Tratamiento para la conjuntivitis
El tratamiento para la conjuntivitis depende del agente causal. El tratamiento adecuado será siempre prescrito por un oftalmólogo y puede consistir en:
- Aplicar sobre el ojo un colirio (tratamiento) para la conjuntivitis.
- Aplicar sobre el ojo gotas lubricantes o antisépticas que lo mantengan hidratado para evitar el riesgo de sufrir una infección bacteriana.
- Aplicar compresas frías en los ojos varias veces al día para reducir la hinchazón y el picor.
En el caso de una conjuntivitis viral causada por herpes o herpes zóster, es necesario acudir a una clínica oftalmológica para realizar una revisión ocular intensiva a fin de obtener un diagnóstico completo que permita ofrecer un tratamiento antiviral adecuado para combatir el virus.
Cuando la conjuntivitis ha sido causada por una bacteria el tratamiento específico actúa directamente sobre la bacteria concreta. De este modo, ante tal tipo de casos, el médico puede prescribir:
- Un colirio antibiótico que destruirá directamente las bacterias responsables.
- Crema oftálmica para los ojos o crema antiinflamatoria que aliviará los síntomas y reducirá la inflamación. Este tipo de tratamiento debe combinarse siempre con un antibiótico para evitar que la infección progrese.
- Compresas estériles que, empapadas con agua tibia, ayuden a calmar los ojos al despertarse.
Si esta ha sido causada por un alérgeno no requiere ningún tratamiento especial en la mayoría de los casos. Suele curarse cuando el ojo deja de estar expuesto al elemento que provoca la alergia. Sin embargo, en los casos más persistentes pueden utilizarse gotas antialérgicas, así como un tratamiento antihistamínico en aquellos pacientes que presenten afecciones más graves. Estos tratamientos no actúan directamente sobre la causa, pero permiten reducir los síntomas.
En el caso de la conjuntivitis papilar el tratamiento consiste en la supresión del agente causal, es decir, las lentes de contacto.
En los bebés, el tratamiento con gotas antibióticas es casi sistemático. Cualquier conjuntivitis en niños menores de dos años debe consultarse con el médico.
Consejos para aliviar los síntomas de la conjuntivitis
- No te frotes los ojos, ya que contribuye a extender la conjuntivitis al ojo sano o a otras personas.
- No utilices maquillaje en los ojos.
- Lávate las manos antes de aplicar cualquier tratamiento y después de su aplicación.
- Si usas lentillas, deja de utilizarlas hasta que estés curado por completo y usa unas lentes de contacto nuevas cuando tu oftalmólogo lo determine.
- Lava los ojos con una solución salina varias veces al día para eliminar de los ojos de los agentes causantes de la patología.
- Usa compresas con agua tibia para limpiar los párpados en caso de sufrir secreciones purulentas.
- Evite la exposición al alérgeno concreto que causa la patología.
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