Existe una gran cantidad de ideas y conceptos erróneos sobre la visión y la salud de nuestros ojos. En el mejor de los casos, son conceptos divertidos e inofensivos, como que si cruzas los ojos durante demasiado tiempo, se quedarán así. En el peor de los casos, pueden dañar nuestra salud ocular si no tomamos medidas a tiempo.
Por eso os dejamos cuatro conceptos erróneos, pero muy comunes sobre la salud ocular. Los problemas oculares y la visión deficiente son una realidad, pero no todo lo que escuchas tiene que ser verdad.
1. La mala visión es solo un problema ocular
Si tienes mala visión, rápidamente se convierte en tu nueva normalidad. Un día, los mensajes de texto aparecen borrosos o te das cuenta de que mientras conduces de noche ves reflejos y halos alrededor de las luces.
Sin embargo, al contrario de lo que puedan parecer, los problemas de visión no solo afecta a lo que vemos. También impactan sobre nuestra capacidad para aprender, comprender y concentrarnos o alteran nuestra capacidad para trabajar y, en general, relacionarnos con el mundo.
El sistema visual está interconectado y esto significa que si es débil o comienza a fallar, puede afectar otras partes del cuerpo. Una de los casos en los que mejor lo comprendemos es lo que sucede con la fatiga visual, una anomalía ocular pero que puede provocar dolores de cabeza y dolor de cuello y hombros.
La salud ocular no está separada de la salud general. Y así, si descuidas tus ojos, descuidas otras partes de tu cuerpo. De la misma manera, si cuidas tus ojos, cuidas todo tu cuerpo.
2. El sol del exterior es malo para los ojos
Hay una gran abundancia de investigaciones sobre los rayos ultravioleta y sus efectos negativos en la salud ocular que pueden tener una consecuencia no deseada: creer que el sol del exterior es malo para nuestros ojos y, en consecuencia, no salir al aire libre.
Es indiscutible que los rayos ultravioleta en exceso son dañinos para los ojos, pero la luz del sol del exterior, cuando se recibe con moderación, puede ser beneficiosa para la salud ocular a largo plazo.
También se sabe que luz estimula la liberación de dopamina en la retina , y este neurotransmisor, a su vez, promueve una visión saludable y el desarrollo ocular.
En muchos países, la gente no puede obtener mucha luz exterior porque hay muy pocas horas de luz, el sol es demasiado débil o el frío es demasiado intenso. Sin mencionar que los hábitos de trabajo y una gran cantidad de distracciones nos mantienen pegados a las pantallas dentro de espacios interiores cerrados e iluminados artificialmente.
Pero incluso, si puede descansar durante unas horas en un día nublado, puede ser suficiente para beneficiar la visión. Pero recuerda siempre usar gafas de sol con protección 100% contra los rayos UV y que cuente con todas las homologaciones europeas.
3. Los problemas de visión son un efecto de nuestra edad
Sufrir de mala visión puede considerarse desde un castigo divino hasta un efecto colateral de nuestro envejecimiento. Estas creencias impiden que muchas personas busquen tratamiento y, en consecuencia, mejoren su visión.
El resultado es que muchas personas no buscan el tratamiento médico adecuado hasta que es demasiado tarde. Cuanto antes se detecte una afección ocular o un problema visual, antes se podrá tratar o corregir y mayor será la posibilidad de conservar la visión.
4. No puedes prevenir ni retrasar las afecciones oculares más comunes
Hay varias condiciones oculares que afectan la calidad de la visión a medida que se envejece. El glaucoma, las cataratas, la degeneración macular asociada a la edad y la presbicia afectan a millones de personas en todo el mundo.
Durante mucho tiempo se ha pensado que estas condiciones son partes inevitables del envejecimiento. Sin embargo, hay indicios que demuestran cómo nuestros estilos de vida y entornos pueden afectar nuestra visión y los nuevos tratamientos están demostrando que pueden revertir muchas afecciones.
Por ejemplo, el uso prolongado de pantallas y el tiempo pasado en interiores pueden causar fatiga visual. Pasar más tiempo al aire libre y exponer nuestros ojos a la luz natural (dentro de lo razonable) y llevar una dieta sana equilibrada, pueden mejorar nuestras posibilidades de tener una buena visión durante el mayor tiempo posible.