Definición, síntomas y tratamiento
La uveítis es una enfermedad ocular grave que afecta a un porcentaje muy pequeño de la población mundial siendo así una patología poco conocida que requiere de un diagnóstico precoz y exhaustivo para su tratamiento.
La úvea es una zona muy sensible del ojo, compuesta de arterias y capilares que se encargan de irrigar el globo ocular. Cuando se produce una obstrucción de este riego empieza a desarrollarse un proceso inflamatorio o infeccioso cuyas consecuencias pueden resultar irreversibles si no se tratan a su debido tiempo. Por este motivo, es importante acudir a una revisión oftalmológica al menos una vez al año para que un oftalmólogo profesional pueda seguir el estado de nuestra salud ocular. En caso de mostrar algún síntoma de uveítis, es muy importante acudir a un oftalmólogo urgentemente a fin de anticipar posibles daños.
Síntomas de la uveítis
El dolor ocular, el lagrimeo y la fotofobia suelen ser los primeros síntomas de la uveítis. En muy poco tiempo y dada la gravedad de la patología, estos indicios
pueden derivar en visión borrosa y, a medida que la enfermedad avanza, se transforma en la pérdida más o menos grave de la visión, dependiendo de la
extensión de la zona afectada.
Los síntomas de la uveítis pueden presentarse en un único ojo o en los dos, de manera independiente o simultánea. El grado de afectación de la inflamación
también puede ser diferente y variar en función de la duración (inflamación repentina o gradual).
Causas de la uveítis
El origen de estas alteraciones oculares no está del todo claro. Con frecuencia, la uveítis aparece asociada a otro tipo de afecciones entre las que se pueden destacar:
- Virus como el herpes Zóster.
- Bacterias como la sífilis o la tuberculosis.
- Afecciones sistémicas como la artritis reumatoide o reactiva.
- SIDA.
- Enfermedad de Kawasaki.
- Psoriasis.
- Espondilitis anquilosante.
- Causas no infecciosas y de origen traumático.
Tipos de Uveítis
La forma más habitual de referirse a los diferentes tipos de uveítis es haciendo una clasificación en función de las zonas afectadas por esta. En base a esto, se puede hablar de cuatro tipos de inflamación del globo ocular:
- Uveitis anterior: es la más común de las cuatro y se distingue fácilmente de las demás por la aparición del enrojecimiento ocular, la fotofobia y, en casos severos, de un edema macular quístico. Además, afecta al cuerpo ciliar y provoca dolor.
- Uveitis posterior: afecta principalmente a la coroides, pero por extensión llega también a la retina y al nervio óptico, provocando así la pérdida de visión.
- Pars planitis: se denomina también uveítis intermedia y se caracteriza por la visión de “moscas volantes”. Estas no son sino el reflejo de las células inflamatorias en el humor vítreo, causando un efecto de mancha flotante en la visión (miodesopsias).
- Panuveítis: es un tipo de afección más difusa que se extiende por todas las estructuras intraoculares (retina, corioides, vasos retinarios, cavidad vítrea…). Es la más grave de todas y por lo general está asociada a otras enfermedades.
Tratamiento para la Uveítis
En importante acudir al especialista ante los primeros síntomas de que se está produciendo una anomalía en el globo ocular. El tiempo es un factor muy relevante
a la hora de determinar el alcance y la efectividad de un tratamiento. Antes de tomar cualquier decisión, hay que realizar un estudio profundo del ojo para obtener el diagnóstico definitivo en el momento apropiado.
Para detectar la inflamación de la úvea se realiza un examen ocular que puede ir acompañado de pruebas y análisis complementarios. Entre ellos se incluyen los análisis de sangre ya que, como hemos dicho, esta enfermedad puede tener un origen sistémico o infeccioso. También se tienen en cuenta factores como el
hormigueo en manos y pies, la tos, los dolores en las articulaciones o la presencia de úlceras en la boca y los genitales.
Una vez que se conoce el origen de la inflamación de la úvea, el especialista recomendará al paciente algunos cambios en sus hábitos de vida así como la medicación más adecuada. Algunas medidas comunes en el tratamiento de la uveitis son el uso de las gafas de sol, el empleo de gotas oftalmológicas, antibióticos o antivíricos y fármacos inmunosupresores.
En última instancia, si la situación se complica (glaucoma, desprendimiento de retinas, cataratas…), puede ser necesario recurrir a la cirugía.
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